Un CRM bien implementado está continuamente adaptándose a los cambios que realiza la empresa. Nuevos equipos, nuevas tendencias, mejores prácticas, nuevas aplicaciones. Una plataforma que se mantiene viva mientras la empresa sigue su curso de negocio.
Por ello, lo más importante es definir de forma óptima la estrategia a llevar a cabo en nuestro CRM. El servicio CRM no debe ser visto como una base de datos inmensa donde podemos registrar información de todo tipo, sino como un ente que toma vida, tal y como la diseñamos, para que nos acompañe y nos guíe en las acciones que necesitamos ejecutar con el fin de cumplir nuestros objetivos.
Por lo tanto, la estrategia de CRM comienza fuera del CRM. Debemos dibujar nuestro mapa y objetivo con ‘lápiz y papel’. Hay que definir un camino y seguirlo involucrando a todos los departamentos de la empresa.
CRM no es solo ventas. Se trata también de marketing, atención al cliente, desarrollo de negocio, preventa, administración y operaciones. Debemos contar con una estrategia bien definida para tener una visión de 360 grados de la presencia de nuestros clientes en todos los departamentos de la empresa.